En el artículo de hoy trataremos la lumbalgia, puesto que es un tema interesante a tratar, ya que son muchos los casos que se dan, debido a los problemas de malos hábitos posturales producidos durante el trabajo, y a los malos hábitos de nuestro día a día.
Pero antes de empezar, vamos a ver en qué consiste esta patología, así como cuáles son los remedios para combatirla y si es conveniente hacer ejercicio físico. ¡Vamos a ello!
La lumbalgia, como su palabra indica, se asocia al dolor de espalda, situado más concretamente en la zona lumbar. El origen de esta patología reside en varios factores, pero el más común suele ser el de utilizar de manera inadecuada y poco entrenada la musculatura lumbar, como son trasladar objetos pesados o pasar largas horas sentado de manera inadecuada.
Entonces… La pregunta es… ¿Debería hacer ejercicio físico si tengo presente esta patología?
La respuesta es que deberías, pero siempre el tratamiento hay que dirigirlo a la causa que lo provoca. En este caso, teniendo en cuenta que la causa vendría a ser por una falta de entrenamiento de la musculatura lumbar. Puesto que normalmente la lumbalgia suele ser ocasionada por la falta de ejercicio en la zona lumbar que hacen que la musculatura paravertebral adquiera mucho más protagonismo durante los esfuerzos físicos, donde las tensiones las han de soportar otras estructuras como los ligamentos, discos intervertebrales o pequeñas articulaciones posteriores.
Por lo tanto, ¿qué ejercicios debería hacer?
Mi respuesta sería todos aquellos ejercicios donde se involucra la musculatura abdominal y lumbar, iniciándose en contracciones isométricas, aunque hay que ser muy cuidadoso con la higiene postural y en cuanto la técnica de determinados ejercicios.
De modo que, ¿sería contraindicado descansar?
No, el descanso sería primordial en aquellas fases agudas donde se presenta dolor y se puede mantenerlo de 24 a 48 horas, no obstante descansar más de 2 días conllevaría a la pérdida de función muscular, de modo que dificultaría la recuperación posterior.
Conclusión
En conclusión, se ha de respetar la fatiga y el dolor lumbar, pero siempre y cuando no conlleve a la sarcopenia (pérdida de masa muscular).
De todas formas, siempre que se quiera hacer ejercicio físico con esta patología, mi recomendación es siempre acudir a un profesional médico para desvelar que no sea otra causa la cual lo provoque, aunque normalmente suele ser originada por una falta de entrenamiento de la musculatura lumbar y a los malos hábitos.