Después de todo el año entrenando, nos toca tomar un descanso, y reaparecen esos nudos en nuestros músculos. Esos nudos musculares o contracturas es lo que vamos a hablar en el artículo de hoy.
Las contracturas son aquellas tensiones musculares que son originadas por los hábitos que tenemos, bien sea debido a nuestros entrenamientos o por patologías que padecemos en los huesos como algún hueso movido fuera de lugar y se origina esa tensión involuntaria para proteger la estructura ósea.
Obviamente, las contracturas pueden parecer por diferentes motivos y es importante que sean tratadas por un profesional cualificado, puesto que es muy importante saber el origen del problema para poder tratarla.
También es importante saber que si las contracturas no se tratan pueden provocar roturas fibrilares que pueden perjudicarnos en nuestra salud muscular (López Chicharro y Sánchez, 2014).
¿Qué hacer entonces para prevenir las contracturas?
Una buena manera de prevenir contracturas y así evitar a la larga roturas fibrilares es llevar a cabo un buen programa de entrenamiento que pueda estar acorde a las sobrecargas que podemos tolerar cuando perseguimos un objetivo concreto, ya sea para pérdida de peso o ganancia de masa muscular.
Por otro lado, respectar el calentamiento y el estiramiento respectivamente antes y después de la actividad principal no debería faltar en nuestras sesiones de entrenamiento. Calentar antes de entrenar favorece la prevención de lesiones y el estiramiento al final de la actividad evitará que tengamos muchas tensiones y a la larga muchas contracturas después del entrenamiento.
¿Y en el caso que tenga una contractura qué debería hacer? ¿Cómo he de quitar una contractura?
Lo primordial sería ir a un fisioterapeuta que pudiera saber el origen del problema para poder tratar correctamente la contractura. En otro caso, si la contractura es originada por una mera sobrecarga muscular podríamos utilizar el rodillo para descontracturarla.
Conclusión
Evidentemente, la mala periodización de los entrenos, la mala ejecución técnica de un determinado ejercicio o calentar mal no son los únicos en que pueden aparecer las contracturas. Solo basta con un mal gesto sin calentar y puede que ya empieces a tenerla.
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