Entrenar y hacer ejercicio físico se ha convertido últimamente en una de las actividades donde cada vez más hay más gente que se involucra a adquirir unos hábitos saludables, y ya sea por el ámbito estético o por el ámbito de salud son muchas las personas que se involucran en realizar ejercicio físico con este fin. Pero ahora, la pregunta es: ¿Qué pasaría si dejáramos de hacer ejercicio físico? ¿Cuáles son sus consecuencias? Hoy no te preocupes, porque en el artículo de hoy te voy a describir que es lo que pasa. ¿Quieres saberlo? ¡Pues vamos!
Si no hacemos ejercicio físico disminuye la calidad de nuestras mitocondrias e incrementa su desregularización
Las mitocondrias son orgánulos celulares encargados de subministrar la mayor parte de energía necesaria para la actividad celular, incluso en nuestras células musculares.
Estas mitocondrias cumplen un papel muy fundamental cuando se trata de favorecer el metabolismo de los lípidos, mantener la masa muscular y reducir la muerte celular a largo plazo, puesto que son las encargadas de subministrar energía en nuestras células.
¿Sabías que una sola sesión de ejercicio físico puede provocar aumentos de la masa mitocondrial en nuestras células?
Una sola sesión de ejercicio inicia los mecanismos para provocar aumentos en la biogénesis mitocondrial. Este proceso asegura la presencia de una red de mitocondrias de alto funcionamiento en nuestro cuerpo humano. Por el contrario, el envejecimiento y el desuso muscular están asociados con reducciones en la masa muscular que son en parte atribuibles a la falta de mitocondrias y a una función mitocondrial deteriorada. Por lo tanto, el ejercicio físico representa una terapia viable, NO FARMACÉUTICA, con un gran potencial de revertir y mejorar la función mitocondrial deteriorada observada con el envejecimiento y el desuso muscular crónico (Capucha, Memme, Oliveira y Triolo, 2019).
¿Sabías que una actividad contráctil perdurable en el tiempo mejorar la integridad de las mitocondrias y reduce la mitofagia?
La mitofagia es aquel proceso exclusivamente destinado a las mitocondrias donde aquellas mitocondrias deterioradas o aberrantes son recogidas por unas vesículas para transportarlas para su descomposición o reciclaje.
El ejercicio físico se ha demostrado que mejora la calidad mitocondrial y con ello reduce significativamente el proceso de reciclaje y de desecho de las mitocondrias, incluso se ha llegado a confirmar que el ejercicio mantenido en el tiempo es una muy buena modalidad para mejorar la calidad muscular en poblaciones de edad avanzada, donde el músculo envejecido posee unas mayores probabilidades de mitofagia (Carter, at alt., 2018).
Si no hacemos ejercicio físico aumenta las probabilidades de tener enfermedades cardiovasculares
La inactividad física es un factor de riesgo para la aterosclerosis y la hipertensión (Wannamethee y Shaper, 1992 ; Lindenstrom et al., 1993 ; Ellekjaer et al., 2000 ; Lee et al. , 2003 ; Wendel ‐ Vos et al., 2004 ; Hu et al., 2007 ; Krarup et al., 2007 ; Krarup et al., 2008 ; Sui et al., 2007; Boysen & Krarup, 2009).
La aterosclerosis se caracteriza por el depósito e infiltración de sustancias lipídicas que llenan el espacio de nuestras arterias con el consecuente riesgo de tener un infarto agudo de miocardio en nuestro corazón (Krarup, et alt., 2008).
Por otra parte, la hipertensión es la excesiva presión sanguínea que tenemos en nuestras arterias que conlleva también a un factor de riesgo a tener un accidente cerebro vascular.
¿Sabías que el entrenamiento de resistencia reduce la presión?
Se realizó un estudio que comprendía de 93 ensayos, donde al final se concluyó que el entrenamiento de resistencia mejoró significativamente y redujo tanto la presión sistólica como la diastólica (Pedersen y Saltin, 2015).
Si no hacemos ejercicio físico aumenta las probabilidades de estar más depresivo
El ejercicio físico ha estado y se considera parte de un estilo de vida saludable. Se cree que el efecto positivo del ejercicio físico sobre la depresión es multifactorial y conlleva que cuando realizamos la actividad física hace que sea difícil pensar o preocuparse.
¿Sabías que el ejercicio físico segrega endorfinas?
Durante la realización de actividad física puede mejorar el estado de ánimo gracias a los cambios hormonales que se desarrollan en el transcurso del ejercicio físico y esto se explica a la cantidad de beta-endorfinas y concentraciones de monoamina (Mynors-Wallis et al., 2000).
Conclusión
La actividad física regular es la única intervención que ha demostrado fervientemente que mejora la salud, el equilibrio energético y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, derrames cerebrales y depresión. En la edad avanzada, la actividad física también es efectiva para mitigar la sarcopenia y prevenir o retrasar el desarrollo de la discapacidad. Por otro lado, la inactividad física se reconoce como una de las principales causas de varias enfermedades degenerativas crónicas, como también es un factor importante que contribuye a la sarcopenia y la discapacidad funcional. Esta evidencia científica ha llevado incluso a la Organización Mundial de la Salud a recomendar en participar en actividades físicas regulares a lo largo del curso de la vida (Marzetti, et alt., 2017).
Con esto concluyo que practiques actividad física siempre que puedas y con la ayuda de profesionales en este campo.
Si te desmotivas por lo que sea, sígueme en mi blog para motivarte, y en definitiva, para tener una mejor calidad de vida. Espero que este artículo te sea de gran ayuda.
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Un gran saludo.
Albert Montasell Benítez
Entrenador personal y especialista en pérdida de peso.
Tú naces, tú construyes, tú conquistas. Consigue el cuerpo que deseas.