¿Qué hacer cuando nos surge una lesión?

¿Quién no habrá tenido alguna vez alguna experiencia respecto algún tipo lesión originada por alguna actividad física?

Es de bien saber que muchas de las lesiones son originadas por factores que tienen que ver con nuestros hábitos del día a día. Si nosotros acostumbramos a realizar una actividad y una rutina durante mucho tiempo, nuestro cuerpo tiende a adaptarse a ese tipo de hábito y rutina. Por eso, muchas de las lesiones que padecemos suelen llevarse a cabo por una falta de hábito en esa actividad nueva que realizamos.

Mi consejo, calentar siempre antes de iniciar la actividad, ya que nuestro cuerpo se activa y se prepara y pone en marcha los mecanismos necesarios para que nuestro organismo pueda llevar a cabo nuestra tarea.

Pero antes de nada, vamos a explicar qué mecanismos suelen propiciar esas lesiones que impiden que podamos desarrollar al máximo nuestro potencial.

Primero de todo hemos de entender en qué consiste una contracción concéntrica y una contracción excéntrica. Pues bien una contracción concéntrica conlleva aquella acción donde nuestro músculo desarrolla una contracción muscular venciendo la resistencia de dicho objeto, mientras que una contracción excéntrica vendría a ser al revés, es decir, seguiríamos manteniendo la contracción pero no acabaría venciendo la resistencia. Para ponerte un ejemplo, vendría a ser una contracción concéntrica el levantamiento de un vaso de agua con nuestro bíceps para poder beber del vaso, por otro lado si dejamos caer el peso de nuestro vaso lentamente puesto que ya hemos acabado de beber, notaríamos que nuestro bíceps aún está trabajando manteniendo la contracción pero el sentido de movimiento se desplaza hacia abajo, está sería una contracción excéntrica. De todas formas, si quieres saber más sobre este tipo de contracciones musculares te invito a hacer un click en este artículo donde hablo sobre todo tipo de contracciones musculares.

Una  vez hemos entendido esto, voy a desvelaros que una de las probabilidades de tener lesiones van de pasar a una contracción excéntrica a una concéntrica o viceversa, es decir, el cambio repentino de una contracción excéntrica a concéntrica o viceversa suelen tener un alto riesgo de lesión. Por eso no es de extrañar que jugadores de fútbol tengan tantas lesiones, puesto que necesitan hacer driblajes y hacer constantes cambios de dirección para salirse del rival y llegar a portería, de hecho hay un estudio donde corrobora un alto índice de lesiones en jugadores de fútbol profesionales sobretodo en la zona del córner del campo de fútbol, ya que es la zona donde se establecen más driblajes y cambios de dirección (Romero, D; Tous, J., 2011).

También otro factor a tener en cuenta es el tipo de lesión, puesto que se nos pueden presentar lesiones agudas, que son originadas por una acción muy específica y de manera repentina, como lesiones por sobreuso, que vendría a ser causada por microtraumatismos repetidos donde está relacionada no con una sino con diferentes acciones que causan esta lesión (Maganaris, CN; Narici, MV; Almekinders, LC; Maffulli, N., 2004). Además, también hay que tener en cuenta lesiones originadas por aspectos neuromusculares, como es el caso de la fatiga muscular, donde el patrón motor se puede ver alterado y producirse por este factor una lesión.

Comprendiendo esto mecanismos ahora podremos comprender que si se nos presenta una lesión aguda deberemos tratarla de diferente manera que si nos surge una lesión por sobreuso o por aspectos más neuromusculares como es el caso de lesión por fatiga muscular. No obstante, todas las lesiones que presentan estructuras dañadas seguirán las mismas fases de curación, las cuáles son fase de inflamación, fase de reparación y fase de remodelación. Estas fases se presentan en prácticamente en todas las lesiones, todo y que habrá alguna excepción y habrá algunas en que los episodios de estas fases se presentaran de diferente manera. Para comprender mejor estas fases, a continuación vamos a explicar en qué consisten.

Fase de inflamación

Es la primera reacción que se inicia en una lesión, y es totalmente necesaria para su curación. En esta fase se establece la reducción de la funcionalidad del tejido, donde primeramente se liberan moléculas como la histamina y la bradicinina que causan respectivamente vasodilatación y acumulación de líquidos como respuesta autoinmune para aislar y reparar el tejido dañado (R. Baechle, T; W. Earle, R., 2012).

Por tanto, el objetivo en esta fase es establecer el descanso (para no dañar más el tejido), el hielo (para reducir una inflamación prolongada que interrumpa la producción de colágeno nuevo), la compresión y la elevación (para reducir el edema, es decir, el escape de líquido que está alrededor del tejido dañado, el cuál reducirá el dolor y la inflamación). Este protocolo se conoce como RICE (Rest: Descanso, Ice: Hielo, Compresion: Compresión, Elevation: Elevación) y se aplica en cualquier lesión aguda durante la fase de inflamación, que suele durar unos 3 días aproximadamente, si se tardará más esta fase es porque la lesión es grave.

Fase de reparación

En esta fase se produce la fabricación de nuevos tejidos conjuntivos y  fibras de colágeno y estas fibras se distribuyen aunque no están todavía preparadas para recibir y soportar la transmisión de fuerzas a nivel muscular.

El principal reto en esta fase es prevenir la atrofia muscular, la degeneración articular, mejorar la fabricación de colágeno y evitar que las fibras colágenas ya formadas para reparar el tejido se rompan.

¿Entonces? ¿Qué deberíamos hacer para cumplir con estos objetivos marcados en esta fase? Pues muy sencillo, evitar ejercicios resistidos que puedan afectar al tejido dañado y optar por ejercicios específicos, pero solo si lo hemos consultado previamente con un médico o fisioterapeuta. En esta fase se puede realizar ejercicio isométrico submáximo, es decir, su misma palabra ya lo indica, se trata de realizar contracciones de modo que el músculo pueda ejercitarse sin causar ningún movimiento al respecto estableciéndolo a menos de nuestro 85% de la carga que pueda soportar (Solé Fortó, J., 2008). Además está demostrado que el ejercicio isométrico submáximo permite aumentar la fuerza lo suficiente sin que dañe la fibras de colágeno que se han formado recientemente, aunque hay que mencionar que nunca deberemos realizar este ejercicio isométrico si notamos que produce dolor i no sea prescrito por un profesional. Esta fase suele durar un máximo de 2 meses.

Fase de remodelación

Y por ultimo cabe mencionar la fase de remodelación, la cual esta tiene una durada de 2 a 4 meses, en la que su principal función y objetivo que perseguimos en esta fase es fortalecer el tejido mediante ejercicios más específicos pasando de ejercicios generales a más específicos respecto a la actividad que realizamos normalmente, estableciendo así su capacidad funcional. Hay que advertir que en esta fase el tejido nuevo no obtiene la misma fuerza y resistencia que anteriormente (Amadio, 1992; Curwin, 1984; Stanish, 1984; Galin, 1988)  y la producción de las fibras colágenas se reduce significativamente especialmente en esta fase, pero si podemos recuperar su funcionalidad estableciendo cargas progresivas, siempre y cuando esta bajo la supervisión de un profesional.

Concluyendo en este artículo, esta sería la guía para establecer cuando nos surge una lesión, aunque seguramente habrá lesiones con características muy diferentes y puede que haya episodios que se presenten de manera diferente, pero todas las estructuras dañadas presentan siempre las mismas fases de curación que hemos presentado anteriormente.

Deja un comentario