¿Pueden entrenar las mujeres embarazadas?

En el artículo de hoy voy a desvelaros una de las preguntas y dudas que genera este tema en concreto. Sí, has oído bien, entrenamiento en mujeres embarazadas.

Para llevar a cabo este artículo, he procedido a revisar los documentos y la evidencia científica que hay detrás de todo esto. Así que vamos al lío.

Primero de todo, os voy a detallar los beneficios que aporta el ejercicio físico saludable para la mujer embarazada.

Beneficios

El ejercicio físico saludable consigue beneficios en el parto como por ejemplo mayor tolerancia al dolor y mayor resistencia y vigor (López Chicharro, J; Sánchez, D., 2014).

El ejercicio físico saludable previene la diabetes gestacional. La diabetes podría decirse que es la enfermedad en la que los niveles de azúcar en sangre están muy altos y este factor puede acarrear problemas serios para la salud a la persona que la padece, incluso desde dañar órganos internos, causar enfermedades cardíacas y la necesidad de amputar un miembro (Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales, 2018). Esta diabetes se llama diabetes gestacional y como su nombre indica dura un tiempo y esta comúnmente viene durante la gestación, concretamente al final del embarazo. Y esta disminución de diabetes tiene su explicación. En el ejercicio físico se incrementa la utilización de la glucosa (o azúcar) en los músculos activos, reduciendo los niveles de insulina, que es la hormona que regula el exceso de azúcar en sangre, por lo tanto reduce la necesidad de insulina y con ello disminuye la diabetes gestacional (López Chicharro, J; Sánchez, D., 2014). ¡Todo un milagro! Sigamos.

En el ejercicio físico durante el embarazo obtienen los bebés mayor maduración en el desarrollo psicomotriz.

En el ejercicio físico durante el embarazo crea adherencia al ejercicio saludable incluso después del embarazo.

En el ejercicio físico durante el embarazo, y esto es donde se genera más duda y la gente pregunta más, no existen indicios que recojan que haya efectos adversos del embarazo y postparto cuando se realiza ejercicio físico cuando se está embarazada (American College of Obstetricians and Gynecologists, 2002).

Ahora bien, si que hay que añadir que existen una serie de contraindicaciones de las cuales son las siguientes:

Después del primer trimestre del embarazo, la posición de cubito supino, es decir, estirado boca arriba, puede propiciar el síndrome de hipotensión supina, donde este síndrome vendría a ser una bajada de tensión de la vena cava como consecuencia de que el útero está oprimiéndola. La vena cava es la que transporta la sangre procedente de las extremidades inferiores para conducirlas al corazón y cuando esta se está oprimiendo por el peso del feto puede acarrear esta hipotensión. Además, si las mujeres embarazadas tienen diabetes o hipertensión este síndrome puede llegar a ser muy peligroso. Por tanto, ejercicios que impliquen estar estirado boca arriba deben estar prohibidos después del primer trimestre de gestación o por lo menos realizar ejercicios adaptados en este caso.

Hay que mencionar que el ejercicio físico también puede acarrear daños para el feto, de los cuáles pueden ser desde que el feto no reciba suficiente oxígeno o sustrato de energía, sufrimiento fetal inducido por exceso de calor o hipertermia, así como también aumento de contracciones uterinas (American College of Sports and Medicine, 2000).

Por suerte los programas de entrenamiento bien diseñados suponen un riesgo muy bajo de sufrir problemas como los que hemos mencionado anteriormente y siempre habremos de consultarlo con los profesionales de la salud como médicos, entrenadores personales y fisioterapeutas para poder llevar a cabo un buen programa de entrenamiento adaptado a estos casos.

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